Ese olor inconfundible que te transporta a otro universo, ese olor a sal, ese olor a mar y a arena.
Podía estar horas paseando por la orilla descalza, sintiendo en mis pies, como las olas vienen hasta la arena a buscar a su amor y rompen en ella al no encontrarlo.
Me senté ahí, para contemplar como el mar vuelve a intentarlo una y otra vez a pesar de no obtener resultados.
Y me quedé mirando al frente, hacia ningún lado, envuelta en mis pensamientos, mientras escuchaba como lloraban de impotencia aquellas pacíficas y desesperadas olas.
Y apareces tú en mi mente, como siempre, nunca ausente. Me quedo pensando en qué sentirás cuando escuchas mi nombre, si pensarás en mi como yo en ti, si tendrás aunque sea un pequeño sentimiento hacia mi, si algún día tendría la mínima posibilidad de poder tenerte, aunque lo dudaba ya seriamente. Todas aquella dudas me torturaban sin piedad, el terror se apodera de mi y me impide hacerte esas preguntas directamente, para al menos salir de dudas y poder estar en paz.
Pero no puedo, soy incapaz, débil cuando se trata de ti, por miedo, terror, pavor a perderte. Pero no eres mío, ¿Cómo te iba a perder sin tenerte?, pero aún así no quiero que desaparezcas de mi vida al decirte todo lo que siento, que tú no sientas lo mismo y eso te haga huir y desaparezcas para siempre.
Sólo de pensarlo me temblaban las manos, el cuerpo entero, y sentía una fuerte opresión en mi pecho. Me encuentro encerrada en esta encrucijada, presionada y frustrada al no saber que hacer. Ojalá fuera una persona más valiente para estas cosas del amor, o al menos poder saber lo que piensas al respecto y salir de dudas...
De pronto me desbanezco de mis pensamientos al sentir un rastro húmedo y frío sobre mis mejillas, mis lágrimas, al igual que el mar, necesitaron salir en busca de su amor, hasta romper sobre mis labios al no encontrarlo. No pude hacer nada más que dejarlas correr libremente y sentir ese sabor salado sobre mi boca, mientras me tumbaba en la arena, cerrando los ojos, intentando encontrar una salida a aquel calvario dulce y a la vez tan amargo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario